‘El fantasma de la ópera’ | Reseña de la novela basada en hechos reales
El fantasma de la ópera, la famosa novela de Gaston Leroux es una de las obras de literatura gótica más populares en el mundo. Y con justa razón: nos muestra una historia llena de secretos, drama, misterio, venganza y amor, todos elementos para construir una historia adictiva y entretenida. ¿Pero existió realmente un fantasma en la ópera de París? Vamos primero a ver de qué va esta novela y te cuento qué es verdad (y qué no).
De qué trata El fantasma de la ópera
Ambientada en la Ópera Garnier de París a finales del siglo XIX, esta novela nos cuenta la historia del fantasma de la ópera, un misterioso personaje que secretamente controla todo lo que sucede dentro de ella. Sus condiciones son muy específicas: los gerentes deben pagarle 20,000 francos al mes y el palco número cinco debe estar siempre reservado para él. De no cumplirlas, las consecuencias pueden ser terribles.
Aunque hay muchos escépticos -incluyendo los dos nuevos gerentes que acaban de tomar posesión de la ópera-, las cosas extrañas y misteriosas que suceden hacen que gran parte de los empleados y artistas afirmen que el fantasma es real. Después de que el fantasma sabotea a la prima donna de la ópera, la joven Christine Daaé tiene la oportunidad de demostrar su talento al reemplazarla.
Ella cree estar guiada por un “ángel de la música” enviado por su padre ya fallecido, un reconocido violinista sueco. Su éxito es monumental e inmediato, ganándose los corazones del público y del vizconde Raoul de Chagny, un viejo amigo de su infancia.
El fantasma, que es quien realmente ha ayudado a Christine a conocer su potencial como cantante y elevar sus talentos, se siente celoso de la relación entre ella y Raoul. Por ello, la invita a visitar su mundo debajo de la ópera y, pensando que es el ángel que tanto le inspira, ella acepta. Estando en las catacumbas Christine descubre que su admirado tutor es en realidad un genio musical que vive oculto y en soledad, a causa de una aberrante deformación en su rostro.
Mitad aterrada y mitad fascinada por el fantasma, Christine ahora se siente dividida entre el amor del vizconde y la hipnotizante música que compone el fantasma de la ópera. ¿Hasta dónde llegará el fantasma para obtener lo que más desea?
¿Recomiendo leerlo?
El fantasma de la ópera es una obra -en mi opinión, imperdible- que se mantiene vigente con el paso del tiempo y que ha inspirado decenas de adaptaciones a lo largo de las décadas. Las más famosas, como probablemente todos sepan, son el musical de Andrew Lloyd Weber y su posterior adaptación cinematográfica protagonizada por Gerard Butler como el fantasma y Emmy Rossum como Christine.
Aunque la novela de Gaston Leroux y el musical de ALW tienen diferencias notorias, en esencia es la misma historia: la compleja relación entre un genio incomprendido y rechazado por la sociedad -hecho que ha corrompido su alma-, y una joven y prometedora cantante de ópera. El drama, el misterio y la pasión están presentes en las dos versiones. Personalmente, primero conocí el musical y después la novela, disfrutando ambos por igual.
En general, la historia del fantasma de la ópera es una que además de entretener y mantenernos pegados al libro y la pantalla, nos invita a pensar en las posibilidades de que alguien así haya existido. Lo que nos lleva a la siguiente y esperada parte de este artículo…
¿El Fantasma de la ópera está basado en hechos reales?
Quienes nunca hayan leído la novela y solo han visto el musical quizás se sorprendan con esto: el autor del libro estaba convencido de que el fantasma era real. Y es que Gaston Leroux antes de ser autor era periodista, y dentro de este trabajo realizó varias investigaciones sobre sucesos que realmente ocurrieron en la Ópera Garnier de París.
“El fantasma de la Ópera existió. No fue, como durante mucho tiempo se creyó, una inspiración de artistas, una superstición de directores”
Leroux afirmó todavía en su lecho de muerte que lo relatado en su novela era real y, aunque probablemente un fantasma como el de su novela no existió, muchas de las cosas que se incluyen en el libro no son sólo invenciones de su autor.
La guarida del fantasma
Una de las cosas más fascinantes de la historia del fantasma -además del fantasma en sí- son sus impresionantes dominios bajo tierra. ¡Imagínate, todo lo que se ocultaba debajo de la ópera! En el libro, el camino para llegar a la guarida del fantasma es descrito como cinco pisos de galerías subterráneas, bajo las cuales se encontraba un lago. Por más asombroso que pueda sonar, esto es realidad.
Bajo la Ópera Garnier existen estos pisos de galerías subterráneas y debajo de ellas se encuentra un lago artificial. Éste fue creado y aislado con muros durante la construcción de la ópera en la década de 1860, para darle estabilidad al edificio y evitar filtraciones de agua, ya que la construcción se realizó sobre terrenos pantanosos. Quienes han visto las galerías afirman que es fácil pensar en la posibilidad de alguien viviendo en ellas.
Hoy en día este lago subterráneo, que es más parecido a una cisterna enorme, es drenado cada cierto tiempo y además es utilizado por los bomberos de París para prácticas de natación en la oscuridad.
El “fantasma” de Leroux
Ahora vayamos al protagonista de la historia (y el que sin duda más nos intriga). Leroux explica que a pesar de que los miembros de la ópera le llamaban “fantasma”, éste era una persona de carne y hueso que él mismo vio con sus propios ojos. En su novela, él cuenta que durante la construcción de una caja fuerte en las galerías subterráneas se derrumbó una pared, que reveló un departamento completamente amueblado. Pero además del departamento, había un cuerpo en descomposición. Según Leroux, al investigarlo se dio cuenta que el cadáver presentaba una malformación. Por ello, asumió que se trataba de alguien que se había encerrado a sí mismo con la finalidad de morir ahí.
Sin embargo, no son claros los registros de la época y tampoco hay evidencia de un cadáver encontrado debajo de la ópera – aunque hay dos teorías que se han considerado como posibles. Por un lado y según los registros realizados por Leroux durante sus investigaciones en la ópera, él sí encontró un esqueleto en los subterráneos, pero se trataba solo de un esqueleto real que se usaba como utilería en las producciones de la ópera. Por otro lado, se piensa que el cuerpo en cuestión posiblemente se trataba de un participante de la insurrección popular de París en 1871. Muchos se refugiaron en la ópera durante ese tiempo y restos de ellos continuaron apareciendo en diversos puntos de París durante los años posteriores.
Una parte de la historia que sí es completamente cierta y verificable es esta: en 1907 sí se construyó una caja fuerte en una de las galerías subterráneas de la ópera cercanas al lago artificial. Su finalidad era resguardar durante cien años 24 grabaciones de cantantes líricos de la época. La caja fuerte fue abierta en 2007 para editar las grabaciones, que fueron publicadas bajo el título Les Urnes de l’Opera (Las urnas de la ópera).
El desastre del candelabro
El incidente del candelabro, orquestado por el fantasma como venganza, es uno de los acontecimientos más relevantes en la novela y el musical. Aunque no hubo un enorme calendabro que cayó sobre el público o el escenario, sí ocurrió un accidente similar. Uno de los contrapesos del candelabro cayó cuando se derritió el cable que le sostenía a causa de un pequeño incendio, resultando en varias personas heridas y una muerta.
Ficción o realidad, es una historia fascinante
Los más fanáticos de la novela, que han tenido acceso a los cuadernos en los que Leroux llevaba sus anotaciones al momento de escribir El fantasma de la ópera, afirman que la novela es una mezcla de los hecho reales que ya mencioné, así como la increíble creatividad que tenía como escritor y su experiencia como periodista policiaco y crítico de teatro.
Por otro lado, la misma Ópera Garnier nunca ha desmentido que haya un fantasma porque no desean terminar con la ilusión que hay alrededor del personaje, e incluso bromean culpándolo cuando algo raro sucede, a pesar de nunca haber visto uno.
Independientemente de si se trata de fantasía o realidad, y de si decides leer el libro o ver el musical, la historia del fantasma de la ópera es tan misteriosa como fascinante, y además de ser intensa y gótica, deja mensajes y lecciones sobre el amor y la compasión.